Durante años, la madera ha sido objeto de muchas ideas equivocadas dentro del mundo de la construcción. Sin embargo, la evolución tecnológica, las normativas de sostenibilidad y la investigación en ingeniería estructural han puesto en valor sus múltiples ventajas. Hoy desmontamos algunas de las creencias más extendidas (y erróneas) sobre este material natural, versátil y eficiente.
1. «La madera se quema fácilmente»
Es cierto que la madera es combustible, pero lo que no se dice es que tiene un comportamiento predecible ante el fuego. Las estructuras de madera maciza conservan su estabilidad durante más tiempo que otros materiales cuando se exponen al calor extremo, ya que la capa exterior carbonizada protege el interior. Además, existen tratamientos ignífugos que aumentan su resistencia al fuego.
2. «La madera se pudre con el tiempo»
La humedad no es enemiga de la madera si se utilizan técnicas constructivas adecuadas. Un diseño que garantice una buena ventilación, elección de especies resistentes y tratamientos protectores aseguran su durabilidad. De hecho, muchos edificios de madera en el norte de Europa superan los 100 años de antigüedad en perfecto estado.
3. «La madera no es resistente»
Nada más lejos de la realidad. La madera estructural laminada, por ejemplo, ofrece una relación resistencia-peso superior a la del acero y el hormigón. Es capaz de soportar grandes cargas, y su flexibilidad ante movimientos sísmicos la convierte en una excelente opción en zonas de riesgo.
4. «Requiere mucho mantenimiento»
Los tratamientos actuales permiten mantener la madera en óptimas condiciones durante años con un mantenimiento mínimo. Además, al tratarse de un material natural, su envejecimiento estético puede integrarse como valor arquitectónico.
5. «Es demasiado cara»
El coste de la madera debe analizarse desde una perspectiva global. Su ligereza permite reducir costes en cimentaciones, su rapidez de montaje acorta los plazos de obra, y su capacidad aislante contribuye al ahorro energético. Todo ello compensa con creces la inversión inicial.
6. «No deberíamos cortar árboles para construir»
La tala no implica deforestación cuando se realiza bajo principios de gestión forestal sostenible. Certificaciones como FSC aseguran que se extrae menos madera de la que el bosque regenera, se previenen incendios y se fomenta la biodiversidad. Además, el uso de madera de origen controlado contribuye a mantener vivos los entornos rurales.
Conclusión: construir con madera es apostar por el futuro
En MidPoint creemos en una construcción moderna, eficiente y alineada con los valores de sostenibilidad. La madera es una gran aliada en ese camino. Su uso responsable y bien planificado nos permite avanzar hacia edificaciones más saludables, sostenibles y duraderas.